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Buenas noches y bienvenidos a este acto de presentación del cartel conmemorativo del 50º aniversario de la fundación de la Hermandad de Nuestro Señor Resucitado. Señor Alcalde, Señor Cura Párroco, hermanos mayores de las distintas cofradías y público en general.
En primer lugar queremos agradecer a la Caja Rural su inapreciable colaboración al haber subvencionado el cartel que hoy vamos a presentar y también el habernos cedido este salón para poder celebrar aquí este acto y al Ayuntamiento de Cañete por su continuo apoyo a las cofradías y por ayudarnos a engrandecer aún más, si cabe, la próxima salida procesional extraordinaria.
Una vez terminados los agradecimientos, quisiera comenzar este acto diciendo que para nosotros, la Hermandad del Resucitado, es un verdadero orgullo cumplir cincuenta años. Hemos pasado por momentos difíciles, otros agradables, más momentos complicados, pero siempre hemos salido airosos y con dignidad. Digo hemos porque si la hermandad cumple cincuenta años, algunos miembros de la actual directiva llevan más de la mitad de ese tiempo y otros casi la mitad.
Muchos nos han acusado de que la hermandad la dirige la familia Fernández y de que somos un círculo en el que es difícil entrar. Pero eso no es cierto, lo que ocurre es que la vida de la hermandad ha discurrido paralela a la de mi familia. Desde que mi abuelo Juan y todos sus compañeros de trabajo ayudaran a sus jefes a poner en marcha el proyecto, desde que mi madre y otras mujeres bordaran los primeros banderines han pasado cincuenta años, y 50 años es toda una vida.
Pero por esta hermandad han pasado muchas directivas que han contribuido a engrandecerla. Sé que es así porque así aparece en el libro de Actas. Hermanos mayores como Miguel Huertas Olaya, Blas Francisco Muñoz Relaño, Alfonso Díaz Gutiérrez, Amador Villanueva Polo, Fernando Villanueva López y José Antonio Crespo Villarejo han dejado constancia de su trabajo al frente de nuestra Hermandad.
Allá por el año 89, Juan Fernández Olmo asumió ser Hermano Mayor y se rodeó de un buen grupo de gente muy joven y con muchas ganas de iniciar el camino que nos conduce hasta el día de hoy. A decir verdad la situación que nos encontramos era algo preocupante, en el banco sólo había 5000 pesetas y los enseres estaban muy estropeados. La primera decisión que con buen criterio asumió el hermano mayor fue que había que hacer todo lo posible porque las finanzas de la hermandad mejoraran para poder enfrentarnos a nuevos retos. Y empezó a rondarnos una idea: hacernos con una imagen nueva para procesionar en nuestra Semana Santa. Nos pusimos en contacto con el escultor cordobés Miguel Arjona y nos dio el presupuesto de la imagen de Nuestro señor de los Reyes en su entrada Triunfal en Jerusalén, la Borriquita. El coste era alto pero no nos desanimamos. Por el contrario comenzamos a pensar en las posibles maneras de sacar dinero. Por aquel entonces la mayoría de los directivos, que tan sólo teníamos 20 años, éramos miembros de la misma pandilla (Alejandro Girón, Rafa Calvo, Mariló Borrego, Pepa Pérez, José Manuel Borrego, Isabel Serrano, Marina Olaya, Mª José Olaya, Lola Soler, Conchi Peinado, Carmen María Pérez y yo misma), por lo que no era difícil que la mayor parte del tiempo que estábamos juntos en los bancos del paseo estuviéramos hablando del tema. Luego estaban los mayores (Juan Fernández, Isidoro Serrano, Antonio Fernández, Pepe Huertas, Amador Villanueva, Manolo Pérez) que eran los encargados de dar forma a las ideas.
Por suerte el hermano mayor tenía una gran imaginación y más espíritu de sacrificio, y conseguía que todos dijéramos que sí a sus proyectos aunque en principio nos pareciera una barbaridad. Un día nos dijo: “vamos a hacer un gran desfile de modas” y a los dos meses estábamos en la Caseta Municipal asistiendo a un gran espectáculo. Habíamos pasado por muchas horas de ensayo con todos los modelos, solicitado ayuda a muchas casas comerciales de Cañete y de fuera de nuestro pueblo, peluqueros y maquilladoras se pusieron a trabajar sin pedir nada a cambio. Creo que la recompensa fue el resultado de tanto trabajo.
Otra gran idea del hermano mayor fue hacer una cata de cerveza. Pensamos “otro fin de semana sin poder salir” pero en el fondo la idea nos gustaba, íbamos a conseguir nuestro objetivo.
También hicimos Cruces de mayo que además de recibir premios, nos reportaron grandes beneficios.
En 1992 la Borriquita estaba terminada y las cuentas del banco saneadas. Era el fruto del esfuerzo y del trabajo bien hecho.
A partir de ese momento el proyecto más inmediato fue la renovación de los enseres de la hermandad, muchos de los cuales los hemos podido llevar a cabo gracias a la gran amistad del bordador gaditano Manuel Fraga y del escultor también gaditano Antonio Luque, Cambo. Se sucedieron las rifas, las catas, las cruces, la lotería de navidad. También se iba transformando la directiva, unos se iban otros venían. Un buen día entró en la directiva Lali Ibáñez que cuando vio que procesionábamos a nuestras sagradas imágenes con la música de cuatro tambores que muy amablemente se ofrecían a acompañarnos y a los cuales agradecemos muy sinceramente (Carlos Hita, Julio Tapia, Pepe Relaño, Pepe Antonio Olaya, José Huertas y Pepe Luis Fernández), como decía, cuando vio esto se le ocurrió la idea de formar una Banda de Tambores que fuera unida a la Hermandad. Y ni que decir tiene que lo consiguió, en la actualidad contamos con la Agrupación Musical Nuestro Señor Resucitado, que no sólo nos acompañan a nosotros en nuestras Salidas Procesionales, sino que son demandados por otras Hermandades fuera de Cañete y eso no es sino muestra de su buen hacer y de su gran esfuerzo. Nosotros nos sentimos muy orgullosos de vosotros.
Ese mismo año, el 1998, Juan dejó de ser hermano mayor por motivos laborales, vivía en Sevilla y no se podía hacer cargo de la Hermandad como a él le gustaba, con toda el alma. Teníamos un problema, no había candidato a ocupar el cargo que durante tantos años había desempeñado Juan, para continuar el camino emprendido por él y su Junta Directiva y que tan alto había dejado el listón. Todos estábamos cansados de tanta lucha, muchas veces con éxito y otras con alguna que otra zancadilla.
Asumí ser la Hermana Mayor por amor a esta hermandad, aún recuerdo aquella Junta General en la que la Hermandad se quedaba sin dirección y los comentarios posteriores de que se iban a repartir nuestras imágenes. Aún recuerdo la lágrima que se me escapó.
Conmigo se quedaron Antonio, Pepe Huertas, Pepelu, Ana, Encarni, Selene, Lali, Camacho, Juan y luego Andrés. Y aquí estamos, celebrando que hace cincuenta años un grupo de cañeteros pensaron que a la semana santa cañetera le faltaba el paso más importante para los creyentes, el de la Resurrección de Cristo. Blas Muñoz, Miguel Huertas, Elías Mérida, Alfonso Díaz, Amador Villanueva, Rafael Olmo, Salvador Cobos y tantos otros a los que agradecemos su trabajo y el haber tenido esa gran idea, que no es otra que la Hermandad del Resucitado. Desde aquí nuestro recuerdo y nuestro homenaje a todos ellos.
50 años han pasado entre esos nombres de hombres y los nuestros; algunos ya no están entre nosotros pero estoy segura que desde donde estén, estarán satisfechos con su trabajo y con el de las personas que hemos seguido su estela.
Es para mí un orgullo y una gran satisfacción estar hoy aquí presentando este cartel anunciador de la Salida Extraordinaria que tendrá lugar el día 10 de septiembre y en la que por primera y única vez procesionaremos juntas a nuestras dos Sagradas Imágenes. Quiero agradecer a la Hermandad del Santo Sepulcro que nos hayan cedido el trono de su titular para poder procesionar a la Borriquita y a la cuadrilla de costaleros que se han ofrecido para llevarla, también muchas gracias. No creáis que me olvido de esas mujeres que durante tanto tiempo se han metido debajo del paso del Resucitado para empujarle, gracias Margarita, Araceli, Simona, Beli, Amparo, Vicenta, Mª Campo Cuenca, Toñi, Serafi, Nieves, Maribel, Magdalena, Antonia Gema, Rocío, Susana y todas las que habéis sacrificado pasearos con vuestros hijos los domingos de Ramos y de Resurrección por pasar un poco de calor debajo de las Andas.
Ahora, volvemos a la misma situación que en el 98. Yo soy la Hermana Mayor y vivo en Adra. En la distancia es muy difícil hacer las cosas bien hechas. Así que pronto dejaré el cargo y espero que mi paso por la directiva de la Hermandad haya sido por lo menos del agrado de la gente que me ha acompañado en estos años.
Mi reto era el cincuentenario y aquí estamos, presentando el cartel anunciador que es obra de Antonio Moreno y que ha hecho un trabajo extraordinario. Nosotros le dimos la idea y él ha construido este cartel que esperamos sea del agrado de todos ustedes.
Para descubrirlo le pediría al Sr. Alcalde que subiera.
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